¿buenas noticias?
David Millar reapareció en el pasado Tour de Francia tras dos años de suspensión por haber consumido sustancias dopantes. Dentro del equipo cántabro Saunier Duval, el británico ha recuperado la senda de la victoria después de imponerse en la contrarreloj de Cuenca en la Vuelta a España. Lo cierto es que, después de hacer trampas, Millar lo pasó mal; por supuesto, le desposeyeron de sus títulos de campeón del mundo en contrarreloj, evidentemente perdió su trabajo, comenzó a beber, entró en una dura depresión y poco a poco se fue apartando de sus amigos. Éstas son sólo algunas de las consecuencias del doping, pero lo malo es que hemos visto que las hay peores. "Es increíble lo que me ha sucedido. Estuve apartado del ciclismo, pero luego trabajé un año muy duro para volver a ganar. Es como un renacer, un empezar de cero. Quiero mandar el mensaje de que se puede alcanzar el máximo nivel sin tomar nada, ni siquiera recuperantes, se puede ganar de manera limpia". Éstas fueron sus palabras después de su victoria en Cuenca, una puerta abierta a la esperanza de un deporte limpio. La pregunta ahora es: "¿Cómo es posible que un ciclista que no ha tomado nada gane una etapa tan dura?". ¿Es que el resto del pelotón tampoco toma nada?, ¿es que doparse tampoco marca la diferencia?, ¿es que Millar miente y sí que está tomando sustancias prohibidas? Me gustaría quedarme con la primera opción y pensar que este pelotón está limpio, pero después de todo lo que ha pasado y de los intereses de todo tipo que hay en juego me cuesta creérmelo. Si resulta que un ciclista que no va dopado les gana a los dopados, apaga y vámonos. Pero lo que no me atrevo ni siquiera a pensar es que Millar nos esté engañando de nuevo a todos. Eso sí sería una puñalada por la espalda no sólo al ciclismo, sino a la credibilidad de todo el deporte.
0 Comments:
Publicar un comentario
<< Home