
Menuda jornada para los grandes en Europa. Quizá se deba al hecho de disputar dos competiciones tan importantes como sus respectivas ligas y la Champions (o desidia, pereza y millones en el banco), pero lo cierto es que el 4 y 5 de noviembre no han sido dos buenos días para la mayoría de los clubes poderosos del viejo continente.
En Italia, el Milan (arrastrando los puntos de la sanción) perdió en Bérgamo con el Atalanta (2-0) y ya está a 17 puntos del líder, que no es otro que su vecino, el Inter.
En la Premier perdieron Arsenal y Chelsea. El West Ham derrotó a los de Wenger por 1-0 cuando el partido estaba en su recta final. El entrenador alsaciano no se lo tomó nada bien, discutió con el míter rival, le empujó y le negó el saludo en el túnel de vestuarios. En un bonito derby londinense, el Tottenham ganó 2-1 al equipo de Mourinho, que no dio tantos saltos como el otro día en el Camp Nou.
Pero la sorpresa de la jornada vino en Francia, donde el Lyón sucumbió en casa del Rennes por 1-0. Ahora sólo le saca 11 puntos al segundo clasificado (que les den el trofeo en Navidades). Por si fuera poco, todos los históricos del campeonato francés también perdieron; Marsella, PSG y Girondins. El Mónaco empató a cero en casa, pero es último en la clasificación.
La Bundesliga parece que trajo mejores noticias; Bayern de Múnich y Werder Bremen consiguieron empatar. Visto lo visto, se pueden dar por satisfechos.
Por último, en España, el Madrid de Capello pinchó otra vez, y van... Barcelona y Valencia se llevaron un punto del fin de semana: enhorabuena.